domingo, 28 de diciembre de 2008

¿Pollen o Cutter?









Bueno, yo no sé si comprender o no el fenómeno, pero sí sé que no estoy de acuerdo: hace más de una década que la escritora británica Joanne Rowling publicó el primer libro de la saga Harry Potter, cuya versión cinematográfica apareció cuatro años después, una vez que su éxito en ventas estaba garantizado.

Cinco películas se han estrenado, y siete son los libros que componen esta historia, mismos que se han vendido como pan caliente alrededor de todo el mundo. Y es que no es para menos: la historia es buena, las referencias fantásticas son muchísimas, el amarre de la historia entre todos los libros es redondo, uno se encariña con los personajes aunque éstos aparezcan sólo un momento, y puede uno verdaderamente odiar a los malvados, pero éstos se vuelven inolvidables.
Como literatura, la obra vale la pena: puede verse la evolución de la escritora desde el primero hasta el último libro, cómo va cambiando el lenguaje a medida que los personajes (y los lectores) crecen, cómo aumenta el número de páginas hasta convertirse en libros de adultos, cómo la complejidad de la historia se acrecienta, lo mismo que el misterio, la tragedia, el amor y la visión de futuro que a muchos nos causó polémica en el epílogo del último libro. Por esto y mucho más, los libros de Rowling han sido la delicia de chicos y grandes, de hombres y de mujeres, de ricos y pobres por igual.

Más de diez años y Harry Potter sigue vigente en las mentes y corazones de quienes leyeron Harry Potter y La Piedra Filosofal aún siendo niños, y ahora esperan con ansias los estrenos de las tres películas restantes, cuyo culto no es menor que el de los libros: los actores que encarnan a los personajes en la pantalla son de igual modo entrañables, aún cuando hay detractores puristas que no pueden ver más allá de las líneas y pugnan por versiones fieles al pie de la letra a los libros, lo cual es prácticamente imposible.

Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint, Evana Lynch, son algunos de los actores que tienen más fanáticos alrededor del mundo por el simple hecho de interpretar como nadie a los personajes de Harry Potter, Hermione Granger, Ron Weasley y Luna Lovegood respectivamente, y además porque son carismáticos y buenos actores, y el papel les quedó como mandado a hacer a medida.

Sin embargo hay un actor que apareció en la cuarta película de la serie Harry Potter con el personaje de Cedric Diggory, el supuestamente apuesto y valiente alumno de Hogwarts que muere accidentalmente al ponerse en medio de la lucha entre Harry y Lord Voldemort. La escena de su muerte es impactante y conmovedora, logra lamentarse por varias razones. El nombre de dicho actor es Robert Pattinson, y hay que ver la suerte que ha tenido este muchacho al pescar hueso en el personaje de Edward Cullen, protagonista de la saga de vampiros escrita en 2005 por la estadounidense Stephenie Meyer.

Una vez comprobada la enorme suma que podía echarse una editorial a la bolsa al publicar historias dirigidas para niños y adolescentes, los editores de esta nueva saga no se fueron a experimentar, no. Hicieron un estudio de mercado muy bien hecho, y aquí presento este análisis personal del mismo:
  • No publicaron cualquier libro, sino uno de vampiros (a pesar de que en Harry Potter se habla de los vampiros en contadas ocasiones, tal vez una o dos en toda la saga; es un personaje fantástico, primer ingrediente de la fórmula probada para el éxito).
  • No se publicó una serie para niños (ya se había intentado reeditar Las Crónicas de Narnia, y también hacer película, por ejemplo, sin que esto tuviera el éxito esperado), sino que se optó por una historia adolescente, dirigida a un público que ya estaba "caliente" o "precalentado" durante años con la saga de Harry Potter, para recibir otro producto más cuyas ventas fueran seguras.
  • No es una historia de vampiros cualquiera, es una historia de amor, lo cual hace que los adolescentes de hoy se sientan doblemente amarrados por las pulsiones de vida y muerte que están muy latentes en su naturaleza de adultos en formación.
  • Los personajes están muy de moda en la cultura emo, que prevalece en los adolescentes de todo el mundo debido, entre otras cosas, a la globalización: una joven deprimida, con baja autoestima y sin una identidad definida, y un redentor que es su única salvación en el mundo, pero que además de atraerle, le da un poco de miedo porque ya está muerto. ¿Así o más emo? (Para quien lo dude, casi la totalidad del soundtrack es música emo y Pattinson ¡se atreve a cantar!-¡horror!- ¡quiere imitar al cantante de Pearl Jam y no le sale!)
  • Y por último, la cereza en el pastel: escoger a un actor reconocido por los fans pottéricos para hacer el amarre perfecto: Robert Pattinson, aquél que murió trágicamente en la quinta película, y que literalmente "vuelve a la vida" con más fuerza que antes. Según mi preconcepción vampirezca, este desabrido joven no es ni el más guapo ni el más adecuado para ser un vampiro enamorado. Es una versión light, como todo lo que está de moda, no es ni la sombra de lo que se espera de un buen vampiro, al menos para quienes somos fanáticos de las historias vampíricas clásicas.
  • Para completar la fórmula, hay quienes dicen que la famosa serie juvenil The OC -copia de Beverly Hills 90210-también prestó actores en esta película... por si no caían de un lado, caían de otro. (Hay un poster de Crepúsculo más "fresa" con parecido a una publicidad de la serie) Les recomiendo leer el artículo de Abraxam, quien tuvo la valentía de ir a ver la película y leer los libros.

Y es que me fastidia encontrar en cada foro de adolescentes, a chicas cuyo apellido de nick es Cullen... "Fulanita Cullen", "Perenganita Cullen"... me choca, me choca, me choca. Lo siento, pero así es... ¡Y por el estreno de esta película es que la Warner decidió posponer UN AÑO todo lo que ya estaba listo para el estreno de la sexta de Potter! ¡Y los libros chafas de Meyer están desplazando en ventas a los de Rowling! ¡Algo me va a dar!

Sé que no todo en la vida es Harry Potter, pero podría asegurar que el 90% de los fans de Crepúsculo, lo fueron antes de la saga del mago de la cicatriz, ¡cayeron redonditas en la trampa comercial!... y sí, lo digo en femenino, porque el último ingrediente de la fórmula es que las historias de amor las leemos más las mujeres que los hombres, y son más fanáticas que fanáticos los que tiene Crepúsculo, y -seguramente- el resto de la saga, debido a que si bien el actor no es nada guapo, la actriz es de lo más equis que se pueda encontrar en esta vida.

No dudo que tendrá sus admiradores también, pero el chiste era encontrar a una simplona que fuera tan común como el resto de las mortales que adoran la saga, con tal de hacer que se identifiquen y sientan que en cualquier esquina hallarán el vampiro de su amor.

El caso es que los libros y la película que ¡aún sigue en cartelera! -no lo puedo creer- son referencia obligada cuando se habla de lo que hubo después de Harry Potter...

¡¡Bueno, pero si hasta la foto es casi igualita!!
La neta, qué flojera de concepto.

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